MURCIÉLAGOS y ZOONOSIS
Ébola, Marburg, Hendra, Coronavirus… todas estas enfermedades tienen dos cosas en común. La primera de ellas es que todas son enfermedades infectocontagiosas producidas por virus y, la segunda, que todas han sido transmitidas desde los murciélagos a los seres humanos, infecciones zoonóticas. Las zoonosis son enfermedades que se transmiten de forma natural desde los animales hacia los seres humanos y viceversa. Es bien sabido desde hace muchos tiempo que los murciélagos juegan un papel transcendental en este tipo de enfermedades. La reciente pandemia del coronavirus ha vuelto a poner nuevamente el foco en estos mamíferos voladores, pero veamos cuanto de cierto tienen estas creencias o si estamos ante un mito.
El primer punto a analizar en este tema es la diversidad de murciélagos en
el reino animal. Los murciélagos, al igual que nosotros, son animales mamíferos
y componemos una clase de unas 5.500 especies. De todas las especies de
mamíferos existentes los quirópteros agrupan unas 1.200, en torno a un 20%.
Esta gran cantidad de murciélagos hace que su diversidad sea enorme y la
cantidad de microrganismos que habitan en ellos inmensa.
En segundo lugar tenemos la hipótesis del “reservorio especial”. Esta
hipótesis nos dice que los grupos de animales que presentan algunos rasgos
fisiológicos singulares tienen una tendencia mayor a mantener ciertos virus
dentro de sus poblaciones. Esto lleva a que, posteriormente, esos virus puedan
ser transmitidos con más facilidad a otros animales y a los seres humanos.
En tercer lugar, y unido a lo anterior, está “la riqueza del reservorio”.
Es decir, tiene una gran cantidad de especies con características similares que
podría facilitar la transmisión entre diferentes especies sin tener graves
consecuencias en ninguna de ellas. Esto dos factores nos llevan a que los a
murciélagos son un gran grupo de muchas especies y, además, con la singularidad
evolutiva de ser el único mamífero con capacidad de volar activamente.
Parece ser que esta última adaptación ha jugado un papel transcendental en
el sistema inmunitario de los murciélagos. El tener un vuelo activo obliga a
los murciélagos a establecer relaciones con muchos más tipos de animales que el
resto de mamíferos. Esto nos lleva a que se han tenido que enfrentan a un número
mayor de virus y otros patógenos durante su evolución, lo que les ha llevado a
tener un sistema inmunitario reforzado. En la actualidad se sospecha que
algunos murciélagos cuando son infectados no se ven afectados por algunas enfermedades
y no llegan a mostrar ningún síntoma.
Podría parecer, hasta ahora, que el objetivo de este artículo es demonizar
a los murciélagos, pero esta historia tiene una segunda parte que nos afecta
directamente a nosotros. Los murciélagos juegan un papel transcendental en la
ecología, ya que tienen la capacidad de controlar las poblaciones de insectos,
los cuales son también transmisores de enfermedades y plagas. Además, al ser
presas de otros depredadores, son una parte esencial del equilibrio de los
ecosistemas.
El problema es que, recientemente, los seres humanos hemos invadido numerosos
espacios naturales y hemos alterado diversos ecosistemas. De esta forma, el
equilibrio existente en esos espacios ha sido alterado por lo que muchas
especies han tomado costumbres que no tenían hasta ahora. Los murciélagos han
tenido que salir de lo que hasta ese momento era su zona de confort para
explorar nuevos espacios donde poder seguir alimentándose y reproduciéndose.
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