Circulación y globalización del conocimiento.
El conocimiento,
como es sabido, es una herramienta necesaria para el día a día en cualquier
sociedad, desde el conocimiento médico hasta el artístico, pasando por el
arquitectónico, por ejemplo. En general, el conocimiento suele tener un
carácter global, pero también puede tener un carácter local, como las técnicas
medicinales de una zona en concreto o construcciones características de un área
o un país. En cualquier caso, para la transmisión del conocimiento son
imprescindibles los conceptos circulación y globalización.
La circulación
del conocimiento es la que hace referencia a los saberes, en sus diferentes
formas como textos y métodos, y a la forma en la que estos son transferidos dentro
de una sociedad o entre sociedad. Por supuesto, esta circulación no siempre es
libre, ni tampoco es bidireccional, por lo que en ocasiones esta transmisión
del conocimiento se da en una única dirección y de forma asimétrica.
La globalización,
en cambio, trata todos los aspectos de la comunicación, entre otros la
comunicación del conocimiento. Dentro de este marco comunicativo, existe una
unión entre la comunicación del conocimiento y otros elementos como económicos,
sociales, culturales y demás. Al igual que sucede con la circulación se trata
de un proceso asimétrico y no tiene por qué ser bidireccional.
Con la conquista
de América, en el siglo XVI a Europa se le abre un escenario nuevo. Los
conocimientos científicos son los que llevan al imperio español a esas tierras
y, valiéndose de esa superioridad, conquista la mayor parte del continente e
impone su relato sobre lo acontecido. En esa época, la transmisión de
conocimientos se dio, principalmente, de una forma unidireccional, desde Europa
hacia América, pero también los europeos tuvieron que aprender de los
conocimientos de los locales, en la medicina, por ejemplo.
Asimismo, y
escapando del control de los europeos, hubo una circulación del conocimiento
entre América y Asia. Esto se hizo sin que el imperio español se enterase
consiguiendo, de esta forma, que el relato de la verdad absoluta que poseían
los europeos, al menos en lo que a la ciencia se refiere, tuviese una realidad
alternativa. Una de las principales consecuencias fue que los saberes europeos
y asiáticos se vieron enriquecidos, tanto en las prácticas médicas como en las
científicas.
Podemos decir que
el conocimiento en el siglo XVI pudo moverse por todo el planeta pero no lo
hizo con la misma libertad en todas las direcciones. Desde Europa se intentó
imponer un relato y el saber originario de América encontró su refugio en el
continente asiático. Se puede decir, por tanto, que hubo cierta globalización
del conocimiento pero esta no fue libre ni simétrica.
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