Envases activos e inteligentes
Cuando acudimos a una gran supermercado nos encontramos con que la mayoría de los productos están envasados de alguna forma u otra. En algunos casos, como en el caso de los líquidos, este envasado es imprescindible mientras que en otros se ha convertido en una forma de alargar a durabilidad de los mismos. Existen para ello diferentes estrategias que veremos a continuación.
Una de las más comunes es la de envasar en atmósfera protegida. Es principal mecanismo de esta estrategia es modificar la composición de gases que van a estar con contacto con el producto. Por lo general el objetivo suele ser reducir la cantidad de Oxigeno (O2) que es imprescindible en las reacciones químicas que pueden degradar los alimentos. Para ello hay tres estrategia diferentes. Añadir nitrógeno (N2) para prevenir el enranciamiento de las grasas, añadir cantidades de dióxido de carbono (CO2) para reducir el metabolismo de frutas y vegetales y añadir carbono monóxido (CO) en el caso de las carnes para darles un color más rojizo.
Otra estrategia es someter los alimentos a altas temperaturas. Algunos productos precocinados, carnes por lo general, se someten a procesos de cocinado a altas temperatura que pueden alargar la vida útil del alimento. En este caso, esta carne se ha precocinado envasada al vació durante un largo periodo de tiempo a altas temperaturas, probablemente superiores a 80ºC. En ese proceso de cocinado se consigue eliminar la mayoría de los microorganismos presentes en el alimento por lo que su durabilidad se alarga varios meses, poco habitual en las carnes.
Por otro lado nos encontramos con los envases inteligentes. Este tipo de envases están tomando cierta popularidad en EEUU y Japón, pero no están muy extendidos en Europa. Su principal objetivo es dotar al envase de algún sistema que le permita al consumidor obtener información sobre el estado del producto. Esta información puede ser sobre durabilidad, temperatura o incluso estado de oxidación. Esta tecnología supone un gran avance, ya que nos permite consumir un producto en su estado óptimo o no tomarlo si se encuentra en mal estado. Veamos un ejemplo.
Este envase que contiene peras en su interior dispone de un pequeño sensor en su interior que nos informa sobre el estado de madurez del producto. Para ello, nos ofrece una escala de colores, rojo, naranja y amarillo y en función del color que nos muestre el sensor tendremos una pera crujiente, firme o jugosa. Este indicador de madurez puede ser útil para comprar y consumir productos en su estado óptimo y podría ayudar a minimizar los desperdicios.
Envases inteligentes. Frutas y punto de maduración.
Los envases recubren la gran mayoría de las estanterías de nuestros supermercado. Estos envases tienen como objetivo alargar la vida útil de los productos y facilitarle al consumidor el almacenamiento y transporte. Estas tecnologías que tiene un gran potencial, también tienen otros impactos en el medio como el elevado uso de plástico. Además el envasado de productos frescos que gozan de su propia capa protectora como pueden ser los plátanos o las mandarinas es, en ocasiones, un poco contradictorio.
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