INSECTOS PARA TODOS LOS GUSTOS
Los insectos,
esos animalitos de muchas patas que odiamos cuando somos pequeños y que tantas
fobias crean, no gozan de gran popularidad en nuestra cultura occidental. Sin
embargo, estos bichos forman parte de la
dieta en algunos lugares del planeta. Durante los últimos años su consumo se ha
extendido y han tomado cierta presencia también en nuestras latitudes.
Entre los
insectos más famosos encontramos los chapulines, el gusano de maguey o los
saltamontes. Estos comestibles tienen numerosos procesos de preparación y se
pueden comer crudos, fritos en forma de harinas… Su principal aporte
nutricional son las proteínas, en torno a un 60-70% de su composición.
Tratándose de
alimentos tan versátiles que aportan una considerable cantidad de proteínas y
que tienen una tan relevante en otras culturas, cabría esperar que su presencia
en nuestros supermercados fuese inminente, al igual que lo han hecho otros
alimentos exóticos. Algunos cadenas como Carrefour y Mercadona lanzaron una serie de productos a base de insectos, pero tras
buscar en varios supermercados de ambas cadenas de la zona de Bilbao no ha
habido suerte. Parece ser que el lanzamiento únicamente se hizo en algunas
zonas o que no tuvieron el éxito esperado.
A pesar de ello,
siempre podemos recurrir a las tiendas online donde algunas páginas distribuyen
este tipo alimentos a toda la península. Una de las que más versatilidad ofrece
es Insectum,
especializada en insectos. Aquí encontraremos desde insectos crudos hasta
harinas, pastas y galletas. Veamos algunos ejemplos.
Entre los
insectos crudos podemos encontrar, entre otros, estos grillos. Su precio es de
7€ los 20 gramos. Un tanto elevado si queremos usarlos como snack o como parte
principal de una comida pero pueden ser utilizados a modo de guarnición o
acompañamiento. En su etiquetado especifica que se trata simplemente de grillos
cocidos sin ningún tipo de añadido.
Información nutricional por cada 100 gramos:
Energía: 458 kcal.
Carbohidratos: 0.7 gr.
de los cuales:
- Azúcares: 0.0 gr. - Ácidos grasos saturados: 7.0 gr.
Fibra: 7.7 gr. - Ácidos grasos mono-insaturados: 5.3 gr.
Proteína: 69.1 gr.
Sal: 1.03 gr
Otro alimento que
podemos encontrar son diferentes tipos de harina de insectos. Entre otros
encontramos esta harina de grillos, que se trata simplemente de un enharinado
de grillo, donde no se aprecia ninguna parte del insecto. Por supuesto, no es
como la harina de cereal ni su comportamiento en la cocina es el mismo pero
puede ser utilizado en diferentes elaboraciones. Su composición nutricional es
similar a la del grillo entero, siendo su principal nutriente las proteínas,
casi un 70%.
Finalmente,
encontramos las pastas de insectos. Técnicamente, no se trata de pasta hecha
con insectos, sino de pasta cereal con una proporción de harina de insectos que
ronda entre 10-15% de la composición del producto. El resto es, en el caso de
los fusilli de grillo que mostramos, harina de trigo espelta. Evidentemente, al
introducir en gran cantidad una harina cereal, la composición nutricional se ve
alterada siendo su principal nutriente los hidratos de carbono, un 60%, frente
a un 22% de proteínas.
Como ya hemos
vistos, los insectos pueden consumirse de diversas formas, como parte principal
de un plato o como componente añadido a una elaboración y su principal aporte
nutricional son las proteínas. En cualquier caso, y pese a su versatilidad y su
calidad nutricional, estos alimentos exóticos no gozan de una gran aprobación
en la sociedad, prueba de ello que no sea sencillo encontrarlo en grandes
superficies. En mi opinión, a los más mayores les cuesta aceptar este tipo de
productos exóticos, más aun cuando se trata de bichos, y la industria no ha
sabido, de momento, encontrar la forma fomentar el consumo entre más jóvenes.
Como dato
curioso, un servidor es alérgico a muchas cosas entre otros a los famosos
ácaros. Era conocedor de que debido a algún parentesco lejano, estos insectos
diminutos y los crustáceos comparten una proteína que es la encargada de
producir esa respuesta inmunológica. Pues resulta que en los diferentes envases
de los insectos analizados se advierte de que las personas alérgicas a los
crustáceos también se pueden ver afectados por el consumo de insectos. Una
alergia más para la colección.
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