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Microorganismos. Nombre y género.

Microorganismos, nombre y género.

Los microorganismos son esos diminutos seres vivos que para ser observados requieren de un microscopio, generalmente un microscopio óptico o, en el caso de los más pequeños, un microscopio electrónico. A pesar de su diminuto tamaño, tienen los mismos derechos que los organismos complejos y existe toda una rama taxonómica dedicada a clasificar y nombrar estos bichitos.

En la actualidad estamos familiarizados con los conceptos Homo sapiens o Canis canis, pero difícilmente sabríamos decir el nombre científico de un par de microorganismos. Recordar que en taxonomía los nombres se escriben en cursiva (o subrayados) siendo el la primera letra del género en mayúscula y la especie en minúscula. El género sería algo así como el apellido de una familia y la especie el nombre de ese individuo. Veamos algunos ejemplos curiosos de microorganismos.

El género Clostridium es un grupo de bacteria anaerobia de las cuales estamos rodeados. Tiene forma de una cerilla y su nombre deriva del griego “klostro” que significa huso de hilar. Dentro de esta categoría encontramos a Clostridium botulinum, causante del botulismo y a Clostridium tetani, causante del tétanos. En ambos casos el nombre de la especie hace referencia a la enfermedad que genera la presencia del microorganismo. Cabe destacar que ambas son bacterias que pueden estar presentes en nuestros hogares y alimentos y algunas de ellas pueden ser letales.

Imagen 1. Clostridium botulinum.

En el año 2016 hubo una escisión del género Clostridium, que se separó en los géneros Clostridium y Clostridioides. En el segundo grupo encontramos a Clostridioidesdifficile, y fue bautizado de esa forma debido a que cuando el medio que las rodea es estresante es capaz de generar unas endosporas capaces de soportar las condiciones más extremas y, por lo tanto, es muy difícil de destruir.

Algunos géneros hacen referencia a los ambientes que habitan estos microorganismos. Entre ellos podemos encontrar a Pyrococcus fuiosus, que vive a temperaturas muy elevadas, a Acidianus infernus, que es capaz de soportar ambientes extremadamente ácidos y a Vampirovibrio chlorellavorus, que se alimenta de microalgas. Otro ejemplo es Streptococcus thermophilus que es uno de los fermentos lácticos del yogur y su temperatura óptima de crecimiento es de unos 45ºC.

Imagen 2. Streptoccocus thermophilus.

Dentro del reino Fungi encontramos algunas levaduras microscópicas con nombres curiosos. La más famosa y explotada es Saccharomyces cerevisiae. Su apellido deriva de Saccharo (azúcar) y myces (hongo) y su nombre cerevisiae hace referencia a la cerveza. Como no podría ser menos, se trata de la levadura encargada del proceso de fermentación de la cerveza, aunque también toma parte en las fermentaciones del pan y otras bebidas alcohólicas como el vino. Dentro del género Saccharomyces existe una prima-hermana conocida como Saccharomyces carlsbergensis y  su nombre hace referencia a la marca de cervezas danesa llamada Carlsberg.

Otra estrella del reino Fungi es el género Penicillium. En general son conocidos por ser los productores del antibiótico conocido como penicilina, para el que nos interesaría la presencia de Penicillium chrysogenum, aunque dentro del género encontramos otras curiosidades. Por ejemplo, si queremos producir queso podríamos escoger algunos Penicillium en función de nuestros gustos. Si queremos un queso roquefort escogeríamos a Penicillium roqueforti y si nos decantamos por el camembert francés escogeríamos a Penicillium camemberti. 

Imagen 3. Queso roquefort.

Además de esta clasificación biológica, el castellano clasifica os microorganismos de en cuanto  al género, bien sea masculino o femenino. Esta clasificación poco tiene que ver con la identidad del microorganismo y es una clasificación meramente lingüística. Si realizamos una búsqueda rápida encontramos varios ejemplos como que hablaríamos de los hongos Penicillium y las levaduras Saccharomyces. Esto puede ser debido a que en castellano existe la tendencia de asignar el género femenino a las palabras que finalizan en -a, -d o -z, mientras que las terminadas en -e, -i, -l, -n, -o, -r o -s se les asigna el género masculino. A pesar de ello, siempre podemos encontrar algunas excepciones.

Como hemos visto la variedad de nombres de los microorganismos es inmensa y dentro de los diferentes géneros y especies sus orígenes son de todo tipo y algunos de ellos realmente curiosos. La próxima vez que os enteréis de que algunos de ellos causa alguna enfermedad o es utilizado en algún tipo de industria, buscar el origen del mismo y puede que encontréis alguna curiosidad tras el.

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