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Viajes científicos a lo largo de la historia

 Viajes científicos a lo largo de la historia

Algunos de los grandes escritores de la historia se decidieron a escribir libros de contenido científico. En ocasiones lo hicieron mientras ciertas actividades científicas estaban perseguidas o eran tratadas con cierto oscurantismo. En cualquier caso, la ciencia maravilló a aquellos escritores y hasta nuestros días ha llegado si afán por la ciencia en forma de grandes libros. Algunos de estos libros relatan historias de viajes hacía alguna tierra desconocida o algún lugar temible en expediciones encabezadas, generalmente, por científicos.

Durante la Ilustración Jonathan Swift escribió su obra “Viajes de Gulliver” (1726). El libro que trata sobre los viajes realizados por un médico que ante dificultades económicas se decide a viajar. Durante su travesía realiza diferentes críticas a la ciencia. Años más tarde, en 1752, Voltaire publica “Micromegas”, libro que trata de un viaje espacial que termina en La Tierra y en el que se hace un elogio a la ciencia.



Tiempo después Julio Verne, bien conocido por sus libros que relatan viajes, escribió numerosos libros de contenido científico. Uno de ellos fue “Veinte mil leguas de viaje submarino” (1870) que a lo largo del viaje marino aborda conceptos de la Biología marina. El escritor francés publico varios libros de relatos de viajes mientras abordaba diferentes temas científicos.

Posteriormente, Herbert G. Wells publica “La máquina del tiempo” (1895) en el que relata una especie de viaje diferentes a los anteriores, en el que se encargan de viajar a través del tiempo. El protagonista de la obra es un personaje que posee grandes conocimientos científicos que comenta y desarrolla a lo largo de la obra.



En el siglo XX algunos científicos de la talla de Isaac Asimov se atrevieron a escribir este tipo de libros en los que se relata un viaje dotando la travesía de grandes contenidos científicos. En este caso, “La trilogía de las fundaciones” (1951-1953) describen el desarrollo de un imperio galáctico. Durante la trilogía se relata la historia a través del tiempo de una civilización donde el propio Asimov detalla algunos contenidos científicos.



Bien sea a través del viajes en el tiempo o en modo de aventuras a lugares recónditos la ciencia y los descubrimientos científicos han tenido su hueco en la literatura. Desde grandes escritores que se decidieron a escribir sobre ciencia hasta grandes científicos que se aventuraron a escribir libros, ciencia, literatura y viajes llevan unidos varios siglos y así seguirá siendo durante al menos algún tiempo.

“Viaje al centro de la tierra” Jules Verne

Este libro de Verne, publicado en 1864 es, junto a “Vuelta al mundo en 80 días”, uno de los libros más famosos del escritor francés. Como el propio título nos indica, la novela cuenta las hazañas de un joven alemán, Axel, que junto a su tío, el gran científico Lidenbrock, emprenden un viaje a las entrañas de nuestro planeta.



Lidenbrock es un reputado científico de Hamburgo, un poco alocado, el cual pone en duda muchas de las ideas concebidas por la ciencia en su época. En un momento durante el transcurso del libro le dice a su sobrino la siguiente frase: La ciencia, hijo mío, está hecha de errores, pero de unos errores en los que es bueno haber incurrido, porque son ellos los que nos conducen poco a poco a la verdad. Esta frase nos muestra el carácter científico del personaje, cuestionando en todo momento los conocimientos establecidos y planteando preguntas a los problemas existentes.

Además de su gran afán aventurero, Lidenbrock es un gran geólogo el cual posee una gran colección de minerales en su laboratorio los cuales ordena y clasifica “según las tres grandes divisiones de los minerales: los inflamables, los metálicos y los litoideos”. Es buen conocedor de la geografía islandesa de la cual conoce sus diferentes tipos de volcanes y nombra y clasifica algunos de ellos.

La hipótesis científica que aborda el libro es que el centro de la tierra no se halla en estado líquido por las altas temperaturas y, por tanto, que la temperatura no aumenta a medida que se adentra en hacia el centro de la tierra. Para defender sus ideas, menciona a Humphry Davy, un científico del siglo XVIII, además de aportar sus propias hipótesis y argumentarlas. A este respecto, durante todo el libro suceden diferentes fenómenos geológicos que están perfectamente explicados por Lidenbrock, aun cuando algunos de ellos carecen de base científica.

En un momento del libro, alcanzan un punto interior de La Tierra donde se encuentran con una gran cantidad de animales, plantas y fósiles los cuales están mencionados y clasificados detalladamente en el libro, aun cuando algunos de los cuales están extintos como los mamuts o los dinosaurios. Por si fuera poco, en un momento del libro el alocado científico imparte a su sobrino una majestuosa clase de paleoantropología detallando los entresijos de un esqueleto aparentemente humano que se encuentra en su travesía.



Para poder escribir este libro claro está que Jules Verne tenía grandes conocimiento científicos y que era un  gran conocedor de loa avances y las principales cuestiones científicas de la época. Desde la mineralogía hasta la anatomía, pasando por datos meteorológicos precisos, los contenidos científicos que presenta el libro son verdaderamente rigurosos para estar escritos hace más de 150 años. Además, de ser un clásico de la literatura es un maravilloso libro de espíritu aventurero y científico.

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