VISIÓN CRÍTICA DE LA COMUNICACIÓN CIENTÍFICA
La
comunicación científica se puede describir como el conjunto de procesos de
presentación, transmisión e intercambio de información científica en una
sociedad. En España, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología
(FECYT) es la entidad pública encargada de desarrollar esta actividad y su
objetivo es fomentar la investigación
científica de excelencia así como el desarrollo y la innovación tecnológica
necesarios para incrementar la competitividad de la industria española y la
mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, propiciando la colaboración
entre los agentes implicados en actividades de I+D+I y la difusión y
comunicación de los resultados de la investigación y la innovación.
Entre sus diferentes actividades se encuentran las
encuestas de percepción social. En ellas se subraya que la actividad científica
es una de las más valoradas, junto con los médicos y profesores, los
científicos son los profesionales mejor valorados. Ese resultado, en cierto
sentido, es autocomplaciente, ya que en numerosas ocasiones no se conocen los
entresijos de la actividad científica y se valora una imagen que se tiene de
esa actividad. Si se formulase la pregunta de otra forma que no obligase al
encuestado a valorar directamente a los científicos, difícilmente aparecería
esta profesión como una de las mejor valoradas.
Otra
de las tareas de la FECYT es la ciencia en el parlamento. Se trata de una red
de asesores científicos que tiene como objetivo garantizar la toma de
decisiones legislativas basadas en evidencias científicas. Aunque a priori esto
pueda parecer interesante, en la práctica esta actividad queda diluida en el
rifirrafe político. En muy contadas ocasiones se ha escuchado a políticos
hablar sobre decisiones basadas en evidencias científicas y, en numerosas
ocasiones, priman los intereses partidarios a las propias evidencias. Estos
hechos hacen un flaco favor a la actividad científica que se ve desplazada en
favor de los beneficios políticos. La actividad de estos asesores tendría que
ser pública y gozar de una mayor exposición pública.
Existen
otros organismos, además de FECYT, que trabajan por una socialización del
conocimiento científico. La Red de Museos Científicos Españoles es otro
ejemplo. Esta red que abarca desde museos municipales hasta nacionales y la
temática es muy heterogénea. Los museos cumplen una doble función educativa y
divulgativa y, por norma general, están destinados a todos los públicos. El
problema de los museos es que algunos de ellos están en manos de entidades
financieras por lo que su existencia no depende de los organismos públicos. El
museo Eureka! de Donostia pertenece a la fundación de una entidad financiera y
recientemente ha informado de que cerrará sus puertas en el año 2023 sin
alternativas por parte de los organismos públicos. Esta red de museos tendría
que tener la capacidad de incidir en este tipo de aspectos y evitar el cierre
de museos como este que son visitados por millares de personas cada año.
Las
actividades y organismos mencionados anteriormente tienen mucho que mejorar en
el ámbito científico. Además, aunque la profesión científica esté bien valorada
a nivel social, la percepción social sobre la investigación y algunos
desarrollos científicos no gozan de tanto éxito. Un 53,7% de la sociedad
considera que la profesión del investigador está mal remunerada y un 58,1%
considera que no goza del reconocimiento social merecido. Estos resultados
contrastan con la percepción social de los científicos y desde el sistema
estatal no se hace gran cosa para invertir estos datos.
Otro
aspecto donde la comunicación ha fallado es en la gestión de algunos temas
científicos que han generado gran controversia. El 56,9% de los encuestados
considera importante saber sobre ciencia, pero el algo más de la mitad, el
51,2%, admite tener dificultades para comprender la ciencia. Por ello, temas
que pueden ser un poco delicados, como la energía nuclear y los transgénicos están
socialmente muy mal vistos. El mismo estudio menciona que uno de los
principales problemas científicos, para los españoles, es la existencia de
aerogeneradores. En contraste, un tercio de la población considera que confía
mucho o bastante en la acupuntura, mientras que los que confían en la homeopatía
es un 25,4%.
Es
importante disponer de un sistema de un sistema estatal de comunicación
científica y aunque su existencia y algunas de sus acciones vayan por el buen
camino, estamos muy lejos del escenario deseado. La creencia en algunas
pseudociencias, la dificultad de comprender algunos conceptos científicos, la
controversia que generan algunos de los avances son temas que hay que abordar
desde la comunicación científica de una forma eficaz.
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