DIVULGACIÓN EN MINIATURA
Mi tercer año en la carrera de biotecnología fue difícil. A la complejidad
de la materia impartida se sumaron una serie de problemas personales que me llevaron
a suspender alguna asignatura. Una de ella fue la asignatura de “Fisiología Animal”.
Perezoso de tener que repetir los contenidos de año anterior acudía a las
clases con una sensación de obligación que me entristecía. Sin embargo, tarde
una pocas sesiones en cambiar el chip.
El profesor de la asignatura era diferente al del año anterior y el que
teníamos ahora tenía una forma muy diferente de impartir la asignatura. Llegaba
a clase, ponía en la pantalla una serie de diapositivas que acompañaban la
explicación y nos desgranaba los contenidos como si estuviese contando un
cuento. Aquello era maravilloso. Escuchar a ese señor hablar sobre los animales
se había convertido en mi asignatura favorita.
Aunque decidí cursar una carrera científica, siempre mantuve abierta la
puerta de la docencia y en la actualidad me dedico a ello. No estoy
especializado en ninguna rama científica y nunca me he dedicado a un campo de
conocimiento en concreto. Sin embargo, intento estar al tanto de las noticias
científicas de la actualidad y me gusta mucho leer sobre ciencia en general.
Cuando en mi labor de docente tengo que explicar algún concepto científico,
intento acordarme de aquel profesor de fisiología animal y pienso… ¿Cómo lo
explicaría el? No se trata simplemente de explicar contenidos, hay que hacer
que sean entretenidos y útiles. Por ello, cuando tengo que explicar alguna idea
nueva le dedico un poco de tiempo a pensar en la forma más eficaz de enseñarla.
No me considero un divulgador científico, para ello son necesarias algunas
cualidades de las que en la actualidad carezco. En cualquier caso, creo que mi
tarea como docente se asemeja bastante a la de un divulgador en ciertos
aspectos. Tengo un público que, por norma general, no está excesivamente
interesado en la ciencia y que sus prioridades poco o nada tiene que ver con
alguna disciplina. Sin embargo, mi labor es hacerles ver la parte buena de la
ciencia, la divertida. Que se enganchen a mis clases como yo a las de
Fisiología Animal.
Creo que la etiqueta de divulgador científico me queda un poco grande, pero
es la que más se ajusta a mi trabajo. Además, es en la que más cómodo me siento
y donde creo que tengo más que aportar. Aunque sea dentro de un aula, intentaré
ser un divulgador en miniatura.
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