Mercadotecnia y Neuroeducación
Durante la segunda mitad
del siglo XX surgieron numerosas tecnologías que, entre otras cosas, permitían
observar la actividad cerebral con gran detalle. Esto proceso permitió un gran
desarrollo de la neurociencia en un breve periodo de tiempo, lo que llevó a
sacar la disciplina de los laboratorios de medicina insertándose en ámbitos tan
diversos como el Derecho, la Filosofía o
la Economía. Desde entonces, numerosas disciplinas han desarrollado una rama con
el prefijo neuro- donde se aplica la neurociencia a la disciplina correspondiente
como neurofilosofía, neuroderecho o neuromarketing.
A lo largo de nuestra
historia el cerebro ha sido un gran misterio para el ser humano y se han
dedicado muchos esfuerzos en entender su comportamiento. A día de hoy somos
conscientes de que es la estructura más compleja de nuestro cuerpo. Con más de
100 mil millones de células, su funcionamiento se basa en las conexiones entre
ellas, todo ello en un órgano que apenas supera 1kg de peso.
La capacidad del cerebro
para desarrollas sentimientos subjetivos es uno de los mayores misterios de la
ciencia. En los últimos años la neuroimagen nos ha llevado al punto en el que
somos capaces de observar la actividad de las diferentes áreas del cerebro en
función de los sentimientos o emociones que nos inspira un estímulo externo.
Este desarrollo ha
llevado a algunos expertos en neurociencia a afirmar que la neurociencia será,
en un futuro, capaz de explicar y prever los comportamientos humanos. Sin
embargo, hay que tratar los resultados de las investigaciones con prudencia, ya
que corremos el riesgo de malinterpretar los resultados. En este sentido,
conviene ser escéptico a la hora de leer resultados o aplicaciones relacionadas
con la neurociencia.
Uno de los ámbitos donde
más fuerza ha cogido el prefijo neuro- es la educación, dando lugar a la rama de
la educación neuroeducación. Durante los últimos años, la educación ha ido adaptando
sus métodos de enseñanza a las nuevas técnicas y estudios desarrollados. Dentro
de la enseñanza, han surgido numerosos métodos que prometían cambiar el sistema
educativo por completo y este no ha estado exento de ello.
En el ámbito de la
neuroeducación se han asentado una serie de neuromitos relacionados al
funcionamiento del cerebro. Estos mitos son teoría científicas derivadas de una
mala interpretación o de teorías sin demostrar que han sido rápidamente aceptadas
en el mundo educativo como los estilos de aprendizaje. Como consecuencia de
ello han aparecido numerosas metodologías que prometía revolucionar el método
de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, recientes estudios apuntan que los
resultados obtenidos no difieren mucho de las metodologías más tradicionales.
Por ello, en los últimos
años ha habido una ferviente polémica sobre si el termino neuroeducación es
realmente un concepto vacío y puede tener un futuro. Un artículo defendiendo la
neuroeducación es continuado por otro que lo rechaza por lo que al respecto no
existe un consenso científico. En este sentido, numerosos actores consideran
necesaria una colaboración estrecha entre los expertos en neurociencia y
educación con el fin de dilucidar cuales son realmente los potenciales y
posibilidades de esta nueva disciplina.
Tendrá que pasar un
tiempo hasta que se definan las capacidades y limitaciones de la
neuroeducación. Hasta entonces lo sensato sería ser cauteloso al respecto y no
caer en esta mercadotecnia donde poniéndolo el prefijo neuro- a la actividad
realizada se le atribuye una capacidad superior.
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