Mitad y Mitad
El movimiento Half-Earth propone que el 50% de la superficie de la Tierra,
océanos y tierra firme, sea utilizado para la conservación de las especies.
Esta mitad del planeta mantendría intactos, libres de actividad humana, los
diferentes ecosistemas con el fin de garantizar un espacio seguro para
animales, plantas y demás organismos. Según los autores de esa forma se podría
preservar hasta un 85% de las especies del mundo.
La iniciativa está promovida por Edward O. Wilson y basada en su libro
Half-Earth. Además, cuenta con el apoyo de numerosos y renombrados
investigadores, así como con la financiación de diversos organismos. En la
actualidad, realizan estudios con el fin de entender mejor el planeta y así
saber qué partes de la Tierra habría que conservar. En la actualidad sólo el
15% de la tierra firme y el 2,8% de los océanos está protegido por lo que su
labor es determinar qué porcentaje restante es recomendable conservar.
Este es un movimiento de mínimos, con una reivindicación muy simple y unos
objetivos compartidos por la gran mayoría de los habitantes del planeta. Estas
iniciativas cuentan con la capacidad de movilizar a una gran cantidad de
personas y suelen tener entre sus filas a renombrados investigadores. Sus fines
son beneficiosos para la población en general y, aunque no sea su principal
objetivo, su implantación favorecería, entre otros, mitigar las consecuencias
del cambio climático.
La simplicidad que promueve el concepto principal de la iniciativa es
ejemplar; mitad para ellos, mitad para nosotros. Aunque lo ideal sería aspirar
a escenarios más ambiciosos, estos acuerdos de mínimos son capaces de movilizar
a un gran número de personas y suelen contar con la adhesión de celebridades.
Su labor el positiva para la conservación del medioambiente ya que, además de
reivindicar causas justas, consiguen que sea difícil posicionarse en contra.
Sin embargo, y como les sucede a numerosas iniciativas similares, el
problema viene cuanto entran en juego los conflictos de interés. Aunque sobre
el papel pueda parecer sencillo, este proceso requiere de la implicación de
todas las naciones del planeta. Para garantizar el éxito de la iniciativa,
habría que poner de acuerdo a la gran mayoría de ellas, sobre todo a las más
grandes y a las situadas en lugares estratégicos como el Amazonas.
Además, habría que considerar que esa proporción del 50% no sería igual en
todos los lugares. Habría naciones que tendrían que portar un porcentaje mayor
que otras, generando esto un problema añadido. No podemos olvidar, que algunos
de esos espacios naturales también son fuente de recursos, como recursos
materiales o energéticos. En este sentido acordar con las naciones que fracción
del territorio tendría que ser destinada al uso de este fin resulta complicado.
El movimiento Half-Earth me parece un movimiento que puede jugar una labor
importante en la concienciación sobre la biodiversidad. Sus reivindicaciones
basadas en mínimos tienen un gran potencial y son muy sencillos de socializar,
lo que permite una gran adhesión por parte de los ciudadanos. No obstante,
materializar este proyecto requeriría la implicación de muchas naciones que
serían más reacias a la hora de llevar a cabo estos proyectos. En este sentid
veo difícil que esta iniciativa pueda ser llevada cabo.
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