Ciencia y artes_Tarea 2.1.- Reflexión personal esferas musicales y ser humano
La idea de las tres esferas musicales es un paralelismo idóneo para
entender la base de la existencia del ser humano. Esas esferas, aunque
independientes entre si, adquieren un sentido especial cuando se entienden en
su conjunto. Cada una de ellas por si sola tiene un sentido, pero ese sentido
se convierte en único cuando se entienden todas en su conjunto.
La esfera fisiológica-instintiva nos da la propia existencia. Esta esfera
es la que nos convierte en algo tangible y real y, mediante los instintos, le da
un sentido a la propia vida. Estas reacciones fisiológicas nos dotan, a fin de
cuentas, de un cuerpo que ocupa un espacio en un lugar determinado, lo que nos
proporciona una existencia tangible. El ritmo es a la música lo que la
fisiología a los seres vivos, le dota de una existencia, con sus diferentes
formas y velocidades pero es el encargado de asentar una base.
En este sentido se cataloga el ritmo como capa base de la música. El ser
humano se ha tenido que adaptar a los diferentes ritmos que imponía la
naturaleza, como la duración de los días, ciclos lunares, estaciones, etc… y lo
ha hecho adoptando ritmos también en su propia fisiología, ritmos circadianos,
frecuencias cardiacas, ciclos de reproducción, etc… estos ciclos no son fruto
de una casualidad sino de un sentido y una optimización.
La esfera afectiva-selectiva nos empieza a marcar un poco más como seres
humanos. La parte cíclica puede ser reproducida por otro tipo de seres vivos,
como hongos o amebas, pero la parte emocional es una característica de animales
con un gran desarrollo cognitivo. Aunque otros mamíferos puedan tener
sentimientos, los humanos somos los únicos que hemos sido capaces de
nominalizarlos y categorizarlos. La analogía de esta esfera con la melodía se
entiende si nos fijamos en que los diferentes tipos de melodía nos generan una
serie de sentimientos u otros.
Esta esfera es fundamental para entender la existencia del ser humano. Los
sentimientos nos ayudan a comprender el mundo, lo que nos gusta y lo que no, lo
que nos alegra y lo que nos aterroriza. Al mismo tiempo, la melodía nos hace
determinar si una canción en concreto nos gusta o nos recuerda algún hecho determinado
de nuestras vidas. Esta segunda esfera nos saca de unos simples ciclos que son
los ritmos y le da un sentido a nuestra existencia.
Por último, la esfera intelectual, diríamos que es la única que pertenece
estrictamente al ser humano. El raciocinio y el pensamiento, a un alto nivel de
desarrollo, son característicos de nuestra especie. Esta esfera es la que nos
proporciona la capacidad de estar escribiendo este texto en este momento. No se
entiende sin las dos anteriores ya que sin una fisiología y sin unos
sentimientos que me impulsaran a escribir este texto sería difícil articularlo
de una manera correcta.
La analogía de esta esfera es la armonía, que para entenderla es necesario
el uso de la razón. No se comprende de forma involuntaria y requiere de un
esfuerzo y unos conocimientos previos para su comprensión. Mediante la razón y
la reflexión podemos modificar nuestros sentimientos y, en ocasiones, nuestra
fisiología (esferas primarias) de la misma forma que, con los conocimientos
musicales adecuados, mediante la armonía se puede modificar la percepción del
ritmo y la melodía.
Creo que estos paralelismos son oportunos para entender estos fenómenos
tanto musicales como humanos. A lo largo de la historia grandes científicos han
sido excelentes pensadores y buenos artistas. Por ello se ha escrito mucho
sobre la relación entre las ciencias, la filosofía y la música. Aunque a día de
hoy en nuestras escuelas del siglo XXI se entiendan todas ellas por separado,
sería interesante realizar un esfuerzo para darnos cuenta de que todo está
relacionado, aunque esa relación sea una percepción humana.
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